lunes, 31 de marzo de 2014



La enfermedad - Alberto Barrera Tyszka


Premio Herralde de Novela 2006.

Este premio lo concede la editorial Anagrama, de forma anual, a obras inéditas escritas en castellano. Lleva el nombre del fundador de la editorial. Está dotado con 18.000 euros y la publicación de la obra.

Este verano cayó en mis manos un libro ganador de este premio, fue una buena experiencia, así que cuando vi este otro me animé a leerlo. El título no era muy alentador y la literatura latinoamericana me cuesta bastante, pero le di una oportunidad.

Esta novela nos habla de la enfermedad desde distintos puntos de vista, desde el paciente que cree estar más enfermo de lo que está, desde el paciente que no conoce la enfermedad que tiene, desde el médico que se convierte en familiar de un enfermo. Es cierto que trata de temas muy recurrentes, el argumento puede ser incluso un tópico, pero también es cierto que está bastante bien contado.

Hay dos historias paralelas, un paciente del protagonista al que parece que se le ignora, quizás hipocondríaco, que necesita ser escuchado, que encuentra en la escritura de correos electrónicos la forma de conseguir su objetivo, más aún cuando éstos son respondidos.

Y la historia principal, la del médico protagonista, Andrés, que diagnostica un cáncer a su padre, un cáncer que da la cara demasiado tarde y un hijo que tiene dos papeles, el de profesional y el de familiar, difíciles de compaginar.

A lo largo del libro vamos conociendo también la historia de ambos, como la madre falleció en un accidente cuando Andrés era muy joven y como esto llevó a una relación padre-hijo especial.

Y lo que nos dice la editorial:
…nos susurra desde su primera página algo que está en nuestra naturaleza: vivir mata. Un libro notable, escrito en un registro inusual en nuestra lengua, que mezcla lo profundo con lo veloz, que apela a las emociones pero también a la inteligencia del lector. Desde distintas historias, conmovedoras, tiernas, divertidas y trágicas, Alberto Barrera Tyszka nos propone una versión de la existencia que asume todos sus goces, pero también su fragilidad.

martes, 25 de marzo de 2014



Un mundo feliz - Aldous Huxley

Ficción sonora en Radio Nacional de España con la adaptación de Un mundo feliz, uno de los grandes clásicos de la literatura contemporánea escrito en 1932 por Aldous Huxley.

Huxley dibuja un mundo futuro en el que los seres humanos se organizan dentro de un sistema seguro, cómodo e inamovible donde la improvisación y la creación no tienen lugar. Hombres y mujeres son fecundados en frascos, y desde antes del nacimiento son condicionados con diversas técnicas para formar parte del modelo social perteneciendo a una casta concreta: Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones conviven en armonía en un mundo basado en el consumo y en la producción; un mundo sin guerras, ni dolor, ni pobreza, pero que pagará cara su “perfección” al prescindir del amor, la pasión, el arte, el pensamiento, la vulnerabilidad, el error... En definitiva: de la libertad.
Por veces que lea “Un mundo feliz” no dejará de llamarme la atención, de darme miedo, de pensar en la realidad que encerraba la distopía de Huxley. En este caso ha sido la radio la que ha vuelto a traerme esta estupenda obra. Cuándo se va conduciendo leer no es lo más adecuado, pero la radio nos puede acercar también los libros. Una excelente adaptación en este caso.

Como en otros muchos libros que nos presentan un futuro más ordenado, más feliz, más estable… Los libros son elementos que se han extinguido en la sociedad que nos muestra, no obstante,  es frecuente que aparezca algún ejemplar olvidado con el paso del tiempo, que algún protagonista, diferente a la mayoría, lo rescate, o que incluso se desintegre al abrirlo en aquellos más pesimistas…

Otro de los aspectos que más se repiten en la obra de Huxley es el condicionamiento de los individuos, condicionamiento que consigue que los individuos sean felices con lo que tienen, con lo que son, que no se planteen nada más. Esto es lo que soy, esto es lo mejor para mi. ¿Diferente a nuestra sociedad? Quizás si, quizás estamos condicionados para todo lo contrario para querer ser lo que no somos, para querer tener lo que no tenemos, eso nos lleva al lado opuesto: a un estado continuo de infelicidad por no disfrutar de lo que tengo y desear lo que no puedo tener.

Quizás Huxley tenía razón al indicar que una sociedad donde el individuo es solo parte de un todo y no tiene entidad propia, aunque crea que todo el mundo es imprescindible, consiga individuos más felices. Sin embargo, nos muestra una felicidad vacía, “infantil”, un estado anodino de bienestar. ¿Realmente hay felicidad cuando no se conoce lo que es la falta de ella? Por contraposición, muestra la dicha de la desdicha, lo estimulante de conseguir determinados logros, aunque para ello haya que sufrir en el camino


Si tuviese un poco de sentido, comprendería que su castigo es en realidad un premio. Le mandan a una isla. Es decir, le mandan a un lugar donde hallará la compañía de los hombres y mujeres más interesantes que podría encontrar en todo el mundo. Cuantas personas que, por una u otra causa, han alcanzado demasiada personalidad para poder adaptarse a la vida en común. Cuantas personas no están conformes con la ortodoxia. Cuantas tienen ideas propias. Cuantas, en una palabra, son alguien. Casi le envidio, míster Watson.

domingo, 16 de marzo de 2014


La luz en casa de los demás
Chiara Gamberale 

¿Por qué elegí este libro del Círculo de Lectores? Obviamente por el título: la luz encendida en casa de los demás siempre es algo que me ha llamado la atención, así que no pude resistirme y lo pedí. Viendo la sinopsis, no es que estuviera muy relacionado con lo que yo esperaba de este título, pero aún así, lo pedí.
El libro es cómodo de leer, la historia no engancha mucho, pero si que tiene el interés de saber quien es finalmente el padre de Mandorla y del porqué está ella en la cárcel.
Mandorla, la protagonista, nos cuenta su vida una noche en la que se encuentra en la cárcel, si bien espera salir al día siguiente. Su vida, desde luego, es muy peculiar: su madre murió cuando ella tenía 6 años y entonces fue adoptada por los vecinos de un edificio. Oficialmente, claro está, solo por uno de ellos, pero en la práctica, todos son su familia y ella va cambiando cada 2 años de casa. Ésta es la parte, quizás menos creíble, pero es el centro del argumento. Entre los vecinos del edificio está su padre, pero hay un pacto para no desvelar quien es, Mandorla misma participa en este pacto, no al principio, con 6 años, pero si unos años más tarde, aunque tampoco le dan mucha opción. Es cierto que, a veces, es mucho mejor no saber, da miedo que lo que lleguemos a descubrir no nos guste.

¿Qué espera una niña criada por 5 familias, muy distintas además? En este caso, la historia es ficción, pero como puede parecerse a la historia de los niños criados por familias de acogida, sobre todo en las inseguridades, en pensar que no se es “de marca”...



 

 
 

domingo, 9 de marzo de 2014


Leyendo el Quijote: Capítulo X. De lo que más le avino a don Quijote con el vizcaíno, y del peligro en que se vio con una turba de yangüeses.


–Es un bálsamo –respondió don Quijote– de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay pensar morir de ferida alguna. Y ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que, cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo (como muchas veces suele acontecer), bonitamente la parte del cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes que la sangre se yele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo; luego me darás a beber solos dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar más sano que una manzana.

–Si eso hay –dijo Panza–, yo renuncio desde aquí el gobierno de la prometida ínsula, y no quiero otra cosa, en pago de mis muchos y buenos servicios, sino que vuestra merced me dé la receta de ese estremado licor; que para mí tengo que valdrá la onza adondequiera más de a dos reales, y no he menester yo más para pasar esta vida honrada y descansadamente. Pero es de saber agora si tiene mucha costa el hacelle.

–Con menos de tres reales se pueden hacer tres azumbres –respondió don Quijote.


Afortunadamente ya no están permitidas las fórmulas secretas en el mundo farmacéutico digamos legal, pero se sigue jugando mucho con la confianza de la gente. ¿Qué decir, más aún, del mundo de la medicina alternativa? ¿Qué no hacer por recobrar la salud? ¿Qué importancia juega el confiar en el remedio para que éste haga efecto?

En ocasiones, en los ensayos clínicos que demuestran la eficacia de los medicamentos, el efecto placebo está contemplado, pero muy pocas veces buscando conocer cual es este efecto realmente, muchas veces porque no hay nada con lo que comparar y muchas otras porque así es más fácil encontrar la receta con la que pasar esta vida honrada y descansadamente. Aunque los plazos hoy en día se han acortado bastante.