domingo, 21 de febrero de 2016

El concierto de San Ovidio – Antonio Buero Vallejo



El teatro vuelve a mis lecturas gracias al Club de lectura Escuela de Mandarines. En esta ocasión una obra desconocida para mi de un autor muy conocido: El Concierto de San Ovidio de Buero Vallejo, una obra ambientada en el sigo XVIII que nos introduce en el mundo de la ceguera, en el de la beneficencia y en el del espectáculo, todo tan de actualidad hoy en día como hace 3 siglos. Parece que el mundo ha cambiado mucho, pero posiblemente sea solo cuestión de atrezzo.
Buero Vallejo escribió esta obra inspirado en un grabado que recibió de un amigo de la feria de San Ovidio donde se mostraba un concierto de invidentes gestionado por un empresario parisino.
Realidad y ficción entrelazadas magníficamente en una obra que nos lleva a recapacitar sobre la propia sociedad, sobre lo que creemos que tenemos y sobre lo que realmente está presente en ella.
Lo más llamativo para mí, la propia percepción que de su situación tiene los ciegos, alguna dosis de optimismo, pero la fatalidad es la que está más presente. ¿Es a lo que lleva ser diferente?
Estudio 1 de TVE emitió la obra en 1973. No es la obra completa, supongo que por decisión del director, pero se puede seguir perfectamente, aunque detalles importantes para entender la obra quedan en el tintero. Así, que mi recomendación es, leer y ver, un complemento estupendo.

Y si seguimos disfrutando del archivo de RTVE, tenemos también una entrevista al autor.

domingo, 7 de febrero de 2016

La metamorfosis – Franz Kafka


 
«No importa cuántas veces penetre uno en este libro; al final siempre se pregunta lo mismo: ¿Cómo lo ha hecho? Y es que se trata de una novela sin forro. Quiero decir con ello que le das la vuelta y es exactamente igual por un lado que por otro: ni siquiera es fácil advertir, una vez colocada del revés, esa fina cicatriz que en los calcetines delata si se encuentran de uno u otro lado. No hay forma de verle las costuras. [...] La simpleza aparente del relato es tal que si uno va levantando capas de materiales narrativos en busca del motor primordial, cuando levanta el último velo no hay nada detrás. Nada. En eso, curiosamente, La metamorfosis nos recuerda a la vida.»
Juan José Millás


No siempre leo las sinopsis antes que el libro, de hecho, cada vez menos. Con La metamorfosis me he llevado una gran sorpresa positiva: ha sido fácil. De Kafka solo había leído El castillo, bueno, no conseguí llegar al castillo, cuando dejé a su protagonista, él tampoco estaba conseguíéndolo. La metamorfosis suponía que sería un libro claustrofóbico, agobiante por lo del insecto... y kafkiano obviamente, el más kafkiano. Sin embargo, ha sido un libro con el que he disfrutado mucho, que ha sido muy fácil de leer y que, como nos dice Juan José Millás, me ha recordado a la vida, quizás la enfermedad, quizás el final de la vida, quizás la discusión sobre la eutanasia.
He visto una clara alegoría de un enfermo grave con una enfermedad terminal, muy limitante, de los que se podría discutir sobre la eutanasia, una enfermedad mostrada en forma de horrible y enorme insecto, ¿no es de lo más horrible que nos viene a la cabeza a muchos? Seguramente ya lo había leído en algún sitio y estuviera en mi memoria.
Una mañana Gregor Samsa se despierta y descubre que se ha convertido en un enorme insecto, sin embargo, su preocupación sigue siendo la de cualquiera que se despierta tarde, la de no llegar a tiempo a trabajar, piensa que aunque ha perdido su tren habitual podrá tomar el siguiente o uno posterior. Es curioso como al principio él sigue comportándose como si nada hubiera cambiado como si todo volviera a ser igual en breve. Supongo que por esta etapa es fácil pasar. Posteriormente llega como la familia ve este cambio, primero con horror, luego adaptándose y como los distintos miembros de la familia acogen la nueva situación de distinta forma. Por ejemplo, como es la hermana la que cuidará de él en cierta forma. También es curioso como el protagonista no quiere ser una carga excesiva para la familia, como intenta hacerlo más fácil. Y por otro lado como poco a poco se va adaptando a la nueva situación y adaptando su vida a ella, como se distrae mirando por la ventana y como cambian sus gustos por la comida. Como él cree que lo entienden cuando habla y como ellos creen que no puede entenderlos, como se rompe la comunicación. Cómo la familia, que dependía económicamente del protagonista, es capaz de salir adelante ahora que no tienen este apoyo. Como toman decisiones por él sin ni siquiera consultarlo o informarlo. Como un día la hermana dice ...no podemos seguir así o Ya no tendríamos un hermano, pero podríamos continuar viviendo y conservaríamos su recuerdo con honor.
Al reflejar al protagonista como un insecto es fácil verlo como algo ajeno a nosotros. Sin embargo, el protagonista sigue pensando como una persona, teniendo sus sentimientos, preocupándose por su familia, pensando en el futuro, viviendo una vida…
Y fantástica edición, ilustrada y comentada, de Nórdica con el que he celebrado el centenario de la publicación de esta novela, bueno más bien el 101 aniversario.